domingo, 30 de marzo de 2008

Poema de Francisco "Paco" Urondo


Pintura: Leandro Torres

Del otro lado

Cuando estuvimos desesperados, alguien
contó la historia.

No se la puede escuchar serenamente, tiemblan
las manos, el corazón se encoge de dolor;
da un poco de miedo mirar a la gente, detenerse.

Ocurre lo de siempre.

Estábamos perdidos y la historia era confusa. Nada
tenía que ver con la certeza, ni
con el muslo de la bataclana. No
intervinieron traiciones; no es
una vulgar historia de fervores o de mantenidas.

Tu mano es necesaria para sobrellevarla. También
aquella vez (siempre aquella vez) apagaron
las luces y fue necesaria la presencia de tu mano.

Nos apretamos las manos en la sala impenetrable, temblamos
ante la cólera que aún no se había manifestado, que nunca
llegaría a marcarnos como sospechábamos, sino
de otra manera. Nuestras manos
procuraban ordenar el temblor, dominar el doloroso pánico;
y todo porque Humphrey Bogart había resucitado.

Estábamos perdidos en aquel
cine y él no era como el redentor; su cruz
no era un mandato, era
la inteligencia del hombre, era la resurrección
de la ciencia y de nuestros queridos finados.

Hace mucho que nos pasó esto; la mano
fría del cadáver impenitente
rozaba los sueños,
acariciaba nuestros tiernos rostros despavoridos.

Desde aquella vez no sabemos qué hacer con las historias,
con los muertos que no aceptan su desdichada condición, no
sabemos qué hacer con el miedo; no sabemos
encontrar nuestras manos, nuestra
tristeza. El mundo inconsistente.

Hubo muchas anécdotas como ésta ¿Quién
no tiene cosas horribles que contar? ¿Quién no tiene
su historia? Pero nadie supo qué decir, nadie supo
qué hacer, cuando alguien contó la historia.

Seguramente al escucharla buscarás una mano; será
como antes, pero enseguida
intentará olvidar que estuvimos tristes o asustados.

Tampoco sabrás qué decir cuando se haga tarde; lo de siempre:
tendrás ganas de llorar, y nada más.

Nadie esperaba una historia como ésta, tan lamentable ¿Por qué
no llorar entonces? ¿Por qué no perderse en la
... espesura de la sala?

Se derramará sobre tu memoria,
como el alcohol que se vuelca entre los nervios y la madrugada;
la historia sobrevolará tu linda cabecita,
será un cuervo que sacudirá tus entrañas corrompidas,
que despeinará cariñosamente tu pelo


Francisco Paco Urondo

Extraído de: http://www.tyhturismo.com/data/destinos/argentina/literatura/escritores/Urondo/Urondo.html (Acá encontrarán una muy buena reseña biográfica del autor)

domingo, 16 de marzo de 2008

Poema de Cecilia Laura Minervini


Pintura: Zao Wou-ki


Canción para vos o para mí

.............A Cintia
.....................tu hermana

Con el deseo terrible de verte reflejada, en la tierra fresca o en el cielo.
Recorres los campos a tropezones y tienes la fragilidad de una mariposa.
...Te la pasas mirando, jugando o saltando; y no tienes noción del tiempo ni de las horas.

¡Pero sí de la vida abundante que buscas!
¡Pero sí de la angustia que te está quemando!
Y quisiera detenerte, respirar un instante.
Mirar tranquila, sabia, como lo hacen los árboles.
Tener algo tuyo encerrado en las manos para ¡darle calor! O llenarlo de besos.
Mover si fuera posible todos los músculos y abrir los ojos hacia el infinito.
Tener la mirada suplicante de una niña; a la que todo se acercan para mimarla y sentir que tu imagen queda en el recuerdo de los que te aman.


Cecilia Laura Minervini nació el 21 de marzo de 1957.
Estudiante de bellas artes.
Secuestrada el 10 de agosto de 1977, desaparecida desde entonces.

Extraído de "Desde el silencio" Documentos página 12 -año 1984-