Poema de José Beláustegui
Pintura Joan Miro
Poema para no morir
Sé que algún día dejaré de pertenecer al mundo,
y nunca más podré escribir,
ni hacer el amor,
ni disfrazar la naturaleza con un poema,
ni viajar en los libros,
ni exponer mis ideas.
Por eso en este poema dejo mar, cielo y luna
mariposas, besos y sirenas,
y me dejo a mí,
porque cuando muera seguiré viviendo en estos versos.
José Beláustegui
Poema escrito a los 13 años.
Desaparecido durante la dictadura militar argentina el día que cumplía 23 años.
Extraído de “Palabra Viva” editado por SEA y CONABIP (Año 2005)
8 comentarios:
Asi es uno sigue viviendo en su poesía que ya no es suya, sino de los lectores. Gracias al poeta, gracias a Gus
enorme presencia poetica nos ha dejado aca.
gracias gus, gracias poetas
itzela
Hola Gustavo... fui compañero de colegio y de militancia de José y recuerdo que no sólo escribía muy bien sino que pintaba y dibujaba con un estilo surrealista. Tené en cuenta que la pareja de su mamá, con el que vivía, era el eximio pintor Roberto Aisember que ejerció una gran influencia en su sensibilidad artística.
José era un creador en todo sentido aunque su compromiso auténtico era con la revolución por la que se jugó hasta el final.
Un abrazo y un recuerdo para José en el día del amigo.
Daniel
Hola Gustavo. Me erizó el cuerpo leer el poema que llevo conmigo hace más de 20 años cuando leí el libro que escribio la madre. Me lo prestaron, lo devolví y aunque lo busque por todos lados no lo pude encontrar. Me encontré identificado en lo que sin duda hubiera hecho de haber tenido edad. Me interesaría contactarme con gente como Daniel Verde, que aparece tambien en el libro, que lo conocieron y vivieron experiencia con él.
Vale mucho el homenaje porque es tal cual lo dice José: nunca muere el que deja un recuerdo.
Un gran abrazo.
Fernando Ruiz
Hola Gustavo, llegué a este poema, a través de Alicia Pastore, y del video que publicó en Facebook sobre un reportaje a Víctor Redondo... los caminos conducen al mismo fin !!!
gracias - Silvia, un beso
fui compañero de José en el Nacional Avellaneda... supe poco de él; era muy reservado, hasta nos parecía sobervio. Ahora me doy cuenta que más allá de mi corta edad ( lo que no fue un obstáculo para José ), el sobervio fui yo que " no quise ver ". Paso cada tanto por el Avellaneda y rindo un homenaje a José y tantos otros como él, frente a las baldosas de Memoria en la vereda y no puedo evitar pedir perdón con mucho dolor y admiración.
Hermoso poema escrito por una hermosa persona
Pobre persona tenia tanto talento💔
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